Si buscas una capital en Europa con gran historia y una cultura muy interesante, sin el molesto bullicio del turismo masivo, ¡Sofía es tu mejor elección!
Un poco de historia de Bulgaria
Debido a su privilegiada ubicación, Bulgaria cuenta con una apasionante historia marcada por imperios e invasiones, pero, sobre todo, por un profundo sentimiento de la identidad nacional.
Desde sus primeros habitantes (los Tracios), construyeron impresionantes santuarios y tumbas como la Tumba Tracia de Kazanlak, en el centro del país, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hablando de Patrimonio UNESCO es importante mencionar que Bulgaria cuenta con 9 sitios incluidos en la lista.
Más tarde, a partir del siglo VI a.C., los griegos fundaron numerosas colonias por la zona, creando así el origen de varias de las ciudades más importantes del país, como Varna. Así siguieron unos siglos más hasta la llegada de los romanos y posteriormente de los otomanos, a los que estuvieron sometidos durante años y años hasta que por fin en 1908 pudo lograr su independencia después de 5 siglos en manos otomanas.
Con esta mezcla tan importante de culturas os podéis imaginar con todo el legado que cuenta Bulgaria.
Un buen ejemplo son las ruinas romanas en el centro de la ciudad de Sofía, estas ruinas fueron descubiertas por casualidad al hacer unas excavaciones para el metro de la ciudad y así han quedado desde su aparición sin ningún tipo de seguridad y completamente abiertas para poder visitarlas bajando por cualquier parada de metro de la zona centro de la Ciudad.
Conociendo Sofía
Sofía es sin duda una ciudad que no te deja indiferente, tanto por sus habitantes como por su cultura tan arraigada y especial.
Caminar por las calles de Sofía es volver atrás en el tiempo con una mezcla de aires soviéticos y clásicos.
Vithosa
Aun así hay una zona “nueva” con tiendas de souvenirs y restaurantes para turistas llamada «Vithosa» en honor a la montaña que se ve al horizonte desde la capital.
La calle Vithosa es la más transcurrida de la ciudad, una larga avenida peatonal con numerosas terrazas y locales más “europeizados” en comparación a las demás zonas de la ciudad.
Para mí, aparte de la calle Vitosha, las visitas imprescindibles en la capital son sin duda las siguientes:
La Catedral Alexander Nevski
Es el icono más reconocido de Sofía y en general de toda Bulgaria. La Catedral comenzó a construirse a finales del siglo XIX y se finalizó en 1912.
El motivo de su construcción fue conmemorar a todos los rusos caídos y la ayuda que prestó el zar Alejandro II de Rusia en la Guerra búlgaro-otomana (1877 – 1878) con la que desembocaría en la posterior independencia de Bulgaria del Imperio Otomano como nombre antes.
Teatro Nacional Ivan Vazov
Es el teatro más importante del país y también uno de los edificios más bonitos de Sofía, con su fachada neoclásica y sus verdes jardines. Es un lugar donde quedan muchos jóvenes para conversar y pasar el rato, y niños para jugar.
Las Termas Centrales de Sofía
Antiguamente, fue un baño público, hoy es el Museo Regional de Historia. Afuera aún se pueden ver las fuentes de agua mineral caliente. Una increíble fachada colorida y en frente de la también famosa Mezquita Banya Bashi.
Mercado central de Sofía
Uno de los lugares más tradicionales de toda ciudad. Ubicado en pleno centro, enfrente de la mezquita Banya Bashi y de las Termas Centrales nombradas antes. Fue inaugurado en 1911 y es sin duda uno de los edificios históricos más bonitos de la ciudad. Dentro encontramos un supermercado de grandes dimensiones donde puedes encontrar todo tipo de productos, a buen precio, siendo un buen lugar para comprar comida típica que llevar como regalo.
Un destino asequible
La moneda oficial en Bulgaria es la leva búlgara, cada euro son 0,51 levas, lo cual ayuda para que los precios sean más bajos que en España o países similares por Europa.
También es muy barato comer en restaurantes por la ciudad. En mi caso, la cuenta para dos personas en el centro de la ciudad nunca superó los 25 € con dos platos muy buenos de comida, bebida y en cualquier tipo de restaurante, desde italianos hasta comida típica local.
Mis conclusiones
Después de recorrer Sofía, me di cuenta de que es uno de esos destinos que no te esperas lo diferente que es hasta que estás ahí.
Llegué esperando una ciudad más común y me encontré con un lugar lleno de contrastes, iglesias ortodoxas junto a edificios comunistas, calles modernas que se cruzan con ruinas romanas. Lo que más me gustó es que Sofía es auténtica, con un ritmo de vida muy relajado y una historia muy viva.
Pasear por el bulevar Vitosha o perderme en los mercados locales me hizo sentir que la ciudad tiene mucho más que ofrecer de lo que se suele contar.
Me fui con la sensación de que Sofía es de esas ciudades que te ganan sin hacer casi ruido, de las que te hacen querer volver para seguir descubriéndola poco a poco.
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