¿Es recomendable hacer un crucero por el Caribe en familia?

¿Es recomendable hacer un crucero por el Caribe en familia?

Un viaje especial para todos

Para celebrar mi 50 cumpleaños, se me ocurrió que la mejor manera sería con un gran viaje.
Monumental, memorable, muy especial, en familia y sobre todo, que fuera disfrutable tanto para niños como para mayores.

Una primera idea fue un viaje por la Costa Oeste de Estados Unidos, con San Francisco, Los Ángeles, Las Vegas, el Big Sur y la enorme cantidad de parques nacionales que hay. Esto nos gustaba mucho, pero nos desanimaban las grandes distancias entre las diferentes atracciones y sobre todo, el cansancio para los pequeños, más aún teniendo en cuenta que tendríamos que cambiar de alojamiento cada dos o tres noches y que para verlo «todo» o casi todo necesitaríamos muchos días (al menos dos semanas).

Por otro lado, los niños insistían mucho en «playa» o «piscina», y este viaje está más enfocado en turismo urbano, paisajes y paseos. Para más «inri», la época del año del viaje (diciembre) no es la mejor para las playas, ya que el agua está demasiado fría.

¿Por qué elegimos un crucero por el Caribe?

Ordenando las prioridades de esta manera:

  1. Viaje cómodo
  2. Destino con buena climatología (en diciembre)
  3. Duración moderada (entre 8 y 11 días)
  4. Y empatados a puntos: viaje cultural, de naturaleza, con posibilidad de baño

Llegamos a la conclusión de que nuestra mejor opción sería… ¡Un Crucero por el Caribe! Y no pudimos tomar mejor decisión:

  1. En un crucero, cada día puedes cambiar de ubicación, pero tu habitación «va contigo», evitando el trasiego de maletas y deshacer y rehacer equipaje.
  2. Diciembre es un buen mes para viajar al Caribe, las temperaturas son cálidas y aunque puede llover (por la convergencia intertropical, entre otros factores), son lluvias esporádicas.
  3. Los cruceros normalmente tienen una duración de 7 noches, con lo que nos daba margen de maniobra de añadir días antes o después (para ver más cosas).
  4. Un crucero normalmente te permite combinar diferentes países y vivir un montón de experiencias diferentes en el mismo viaje, pudiendo elegir con antelación o sobre la marcha que hacer cada día, sin olvidarnos de la enorme cantidad de entretenimiento a bordo disponible (piscinas, toboganes, teatro, cines, casino, gimnasio, bares, discotecas…).

Y para «rematar» la elección:

  1. Miami, punto de embarque de la mayoría de los cruceros que hacen la ruta caribeña, es una ciudad superbién conectada, habiendo vuelos directos (importante) a buen precio (más importante aún) con varias aerolíneas tanto desde Madrid como desde Barcelona.
  2. La ciudad de «Miami Beach» tiene mucha fama por sus playas, su arquitectura Art Deco y el paseo de Ocean Drive. Nosotros no lo sabíamos, pero descubrimos allí que Miami Beach se encuentra en una isla, conectada por puentes con Miami.
  3. A menos de una hora en coche desde Miami, está el parque UNESCO de las ciénagas, los «Everglades», donde se hacen los famosos paseos en hidrodeslizadores. Y al norte, a unas tres horas por carretera, palabras mayores: los parques de «Walt Disney World Resort» y el «Parque Temático Universal Studios Florida». ¡Mejor imposible para los niños!

Viajar sin arruinarse

Como llevo más de 25 años preparando viajes, sé que una parte «fun-da-men-tal» de cualquier viaje es la «an-te-la-ción», y lo digo así siempre, para que los viajeros lo recuerden, que si buscan un viaje a buen precio, reservar con tiempo es clave.

Los cruceros suelen tener muy buenos precios reservando con mucha antelación o con muy poca (plazas de última hora), pero dado que las aerolíneas priorizan la reserva anticipada, quedaba claro que había que reservar con tiempo. Gracias a esta antelación (reservamos en enero – febrero para viajar en diciembre) pudimos conseguir el precio más bajo tanto para los vuelos como para el crucero, y como añadido, contábamos con toda la disponibilidad de alojamiento en Miami para poder añadir noches antes y/o después del crucero.

Reservando con paz mental

Soy consciente de que muchas personas, por trabajo, temas familiares u otros, no pueden comprometerse económicamente a largo plazo con el «ocio» que suponen las vacaciones, ya que los planes o las circunstancias personales pueden cambiar, pero precisamente para eso están los seguros de anulación, para cubrir imprevistos y permitirnos hacer planes de viaje a largo plazo sin riesgos ni miedos.

¿Qué naviera elegir?

Un poco de historia…

Hace años, existía una naviera española, «Pullmantur», con personal de habla hispana y todos sus servicios enfocados al púbico hispanohablante. Aunque sus barcos no eran los mejores, tenían los mejores precios y funcionaban muy bien en cuanto relación calidad / precio, especialmente en cruceros por el Caribe (llegamos a tener ofertas de locura, de tan solo 500 euros por persona, con vuelos y crucero, todo incluido 7 noches).

Desafortunadamente, la pandemia del COVID se los llevó por delante y la empresa desapareció.

Navieras actuales

En la actualidad las navieras que operan son bastante más costosas, pero tienen un estándar de calidad mayor (y en sus flotas hay barcos colosales)

Hay muchísimas para elegir y todas tienen itinerarios que recorren el Caribe:

  1. Royal Caribbean
  2. Norwegian Cruise Line (NCL)
  3. MSC Cruceros
  4. Carnival Cruise Line
  5. Celebrity Cruises
  6. Disney Cruise Line
  7. Holland America Line
  8. Princess Cruises
  9. Virgin Cruises

En nuestro caso, elegimos MSC, ya que justo operaba en una fecha que nos venía perfecta para aprovechar el puente de diciembre, y el itinerario nos encajaba perfecto al combinar posibilidad de playa (playa del Carmen, playas de Roatán, playas de Bahamas…), con actividades de aventura (nadar con tortugas y bucear en cenotes), más actividades de «riesgo» (tirolinas) y algo de turismo cultural (la «Pequeña Habana» o los impresionantes murales y graffitis de «Wynwood Walls» en Miami, las ruinas mayas de México…)

Itinerario Crucero Caribe MSC

¿Qué aerolínea elegir para volar a Miami?

Desde Madrid hay varias compañías operando vuelos directos y en horarios de mañana y tarde. Concretamente Iberia, Air Europa y American Airlines.

Aprovechando una tarifa de compra anticipada de Air Europa, conseguimos unos vuelos que rondaban los 500 euros por persona, en clase turista. Bastante asequible para un vuelo que dura unas 10 horas.

Los vuelos, tanto a la ida como a la vuelta, llenos, puntuales y sin problemas. Pagamos el plus para elegir asientos, ya que en un vuelo tan largo, merece la pena y también para llevar una maleta facturada por familia, aparte de algunas maletas de cabina, de las que se permiten por persona.

Avión de Air Europa

Acertamos de pleno haciéndolo así, más económico y sobre todo, yendo al Caribe, no hace falta llevar ropa de abrigo, más allá del «por si acaso», siendo posible viajar ligero. Que en los aeropuertos, con la pesadez y lentitud de los controles, se agradece mucho.

Distribuyendo las noches

Para calcular el tiempo práctico en destino, contabilizamos:

  1. El día de llegada: lo damos por perdido. Desde que aterriza el vuelo, hasta que se recoge el equipaje, se pasan los controles, y se hace el traslado al alojamiento, pueden pasar fácilmente 3 o 4 horas, por lo que el día de llegada poco se puede aprovechar más que para dar un paseo por la zona.
  2. El día del embarque: tampoco se puede considerar práctico, ya que normalmente se embarca temprano y en una ciudad tan grande no merece la pena correr riesgos apurando hacer visitas antes del embarque.
  3. El día del desembarque: este día si se puede aprovechar, al salir el vuelo por la tarde – noche, y producirse el desembarque temprano, entre las 8 y las 11 de la mañana.

En conclusión, por muy temprano que salgan, los vuelos a Miami no llegarán antes del mediodía, e igualmente en previsión de posibles retrasos, es imprescindible incluir una noche en Miami, antes de la partida del crucero.

En nuestro caso, hicimos dos noches de alojamiento en Miami Beach antes del crucero, para poder tener un día completo en la ciudad, además del tiempo mencionado, el día de desembarque.

Si hubiéramos tenido más días de vacaciones, habríamos añadido más noches para incluir el Parque Nacional de los Everglades (el de los cocodrilos 🐊) y los parques temáticos de Disney y Universal Studios.

Miami Beach en un día

Miami Beach es una pasada de ciudad, llena de vida y muy buen rollo. Pasear por Ocean Drive es imprescindible, una calle paralela a la playa, llena de cafés, restaurantes, hoteles, tiendas y bares con espectáculos en vivo.

Cómo es el embarque en el crucero

Dependiendo de la naviera, el embarque puede ser entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Y a cada camarote o conjunto de camarotes se les asigna (avisando con antelación) un tiempo de embarque, es decir, no embarca uno cuando quiere; aunque si el horario asignado no es conveniente, se puede pedir que lo modifiquen. Hay que tener en cuenta que normalmente la hora máxima de embarque es de una hora antes de la salida del barco.

En nuestro caso nos asignaron el embarque a las 12 del mediodía, y el barco zarpaba a las 5 de la tarde, así que llegando pronto, pudimos comenzar a explorar el barco y planificar nuestros días.

El check in en el barco

El proceso es parecido al que se realiza en un aeropuerto:

Maletas

Al hacer el check in online, se obtienen las tarjetas de embarque del crucero y las etiquetas para poner a las maletas. Al llegar a puerto, hay una zona de entrega de maletas. Los maleteros las recepcionan y las entregarán al personal del crucero que las llevará a las habitaciones por nosotros.

Controles

Al igual que en un aeropuerto, antes de acceder a la zona de embarque, hay que pasar por los arcos de seguridad y poner nuestro equipaje de mano en las cintas de rayos X.

Recogida de «llaves» o «cruise cards»

Tras pasar los controles, hay varios mostradores con mucho personal, que nos identificará previa presentación de los pasaportes y los ESTA (para comprobar que siguen vigentes tras realizar el crucero, mejor llevarlos impresos para agilizar) y así obtener las tarjetas de crucero («cruise cards»).

Las tarjetas de crucero son nuestro «DNI» a bordo, sirven para desembarcar, y embarcar cada vez, e igualmente para todas las compras y consumiciones a bordo. Un buen consejo en este sentido es llevar un «landyard» o funda colgante donde meter la tarjeta y así tenerla siempre controlada y a mano.

Funda para tarjeta de crucero

Último control

Ya con la «cruise card» en la mano, estamos listos para embarcar, pero antes nos harán una foto, que será la que asegura que cuando embarques en cada escala, seas tu y no alguien que pudo encontrar la tarjeta por casualidad. Hay mucha seguridad para que no pase nada raro.

Inicio del crucero

Simulacro de seguridad

El día del embarque, con todo el pasaje a bordo, se hace un simulacro. Avisando por la megafonía del barco. Básicamente, todo el mundo debe dirigirse al punto de reunión en caso de emergencia, para estar prevenido si fuera el caso. El punto de reunión no es el mismo para todo el mundo, y se indica tanto en la cabina como en la «cruise card».

Escalas del barco

Antes de empezar el viaje, y teniendo en cuenta que eramos un grupo grande y con niños, ya teníamos agendadas las excursiones a realizar, evitando así los posibles problemas de improvisar.

Al menos con MSC, tan pronto se llega a puerto, se puede desembarcar, independientemente de si se han contratado las visitas con la naviera.

Adicionalmente, antes de desembarcar, la naviera facilita unas «guías de destino» para tener más información sobre el destino, su climatología, vsitas, etc.

Recomendaciones para las escalas

  • Tener muy en cuenta la hora límite del embarque, ¡ya que no esperan a nadie!
  • Hay algunos países que debido a su normativa, como en Cozumel (México), no puedes introducir ni comida ni bebida del barco, así que el clásico bocata que prepares en el barco, puede ser que al registrarte el equipaje en el puerto, no te lo dejen pasar.
  • En casi todos los puertos, lo primero que encuentras es una zona comercial con tiendas, restaurantes, aseos, etc.
  • En el caso del crucero de Miami, todos los puertos tenían calado suficiente para poder desembarcar directamente. En cruceros por ejemplo por las islas griegas, se desembarca en lanchas.
  • Normalmente, si en la escala hay un control de pasaportes, se avisa al pasaje, para que lo lleven consigo. Caso contrario, los cruceristas pueden entrar libremente al país, siendo su «cruise card» su identificación.

Conclusiones finales del viaje

Mis conclusiones son claras, después de vivir esta experiencia, puedo afirmar que un crucero por el Caribe es una excelente opción para lograr unas memorables vacaciones familiares.

La combinación de la comodidad que te permite el crucero, la diversidad de los destinos en las diferentes escalas y la facilidad de tenerlo todo organizado de manera global, nos ha permitido sacarle el máximo partido.

Si estás pensando en celebrar una ocasión especial, tipo aniversario de bodas, cumpleaños o simplemente quieres unas vacaciones donde todos los miembros de la familia encuentren algo que les encaje y emocione, mi consejo es este: ¡no lo dudes!.

  • Reserva con antelación
  • Contrata un buen seguro de viaje
  • Déjate asesorar por los expertos de Viajes BIDtravel 😉
  • Y prepárate para crear recuerdos que durarán toda la vida.

Porque al final, de eso tratan siempre las vacaciones, de crear momentos que nos unan a otras personas y que recordaremos siempre, con una sonrisa.

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